Cada vez que entras al ascensor sientes que te ahogas, que te falta el aire y por mucho que miras no sabes por donde escapar.
Esta situación todavía es peor si hay más gente contigo.
Te llegas a preguntar: ¿Cuánto oxígeno puede haber en este espacio tan reducido?
La claustrofobia se define como el miedo a espacios cerrados, pero esta definición se queda corta para explicar todo lo que tú sientes.
¿En qué consiste la claustrofobia?
La claustrofobia es un trastorno de ansiedad.
Sientes miedo a entrar o estar en un lugar cerrado.
Simplemente, piensas que no vas a poder salir de ahí.
Tu miedo no se debe a que el espacio sea pequeño o que no haya suficiente oxígeno para respirar…
Tu miedo se debe a que estás teniendo pensamientos irracionales. Piensas en lo peor.
Piensas que no vas a poder moverte, que te vas a morir por falta de aire o que no vas a poder salir del lugar.
Y tu cuerpo reacciona como tal.
Tu cerebro se va a creer exactamente todo lo que estás diciéndole y va a actuar como si fuera cierto.
Esto es lo que va a provocar que tengas más ansiedad o peor aún, un ataque de pánico.
Y esto es lo que va a hacer que poco a poco, vayas evitando este tipo de espacios.
¿Qué hay detrás de la claustrofobia?
En muchas ocasiones este tipo de miedo se debe a un hecho traumático del pasado.
Recuerdo que un familiar cercano me contó que, de pequeño, su barca se volcó y quedo atrapado debajo de ella.
Esto le produjo un temor a los espacios cerrados que todavía tiene.
Pero no tiene que ser una barca.
Ni siquiera tiene porque ser una situación en la que hayamos estado en peligro.
Quedarse encerrado en un ascensor, en los baños de un local o haber recibido ese tradicional y tortuoso castigo del “cuarto oscuro” pueden ser más que suficiente para desarrollar este tipo de fobia.
Por desgracia existen otros traumas como los secuestros que implican serias consecuencias.
¿Qué dice la ciencia sobre la claustrofobia?
Existen alteraciones a nivel cognitivo en personas que sufren claustrofobia.
Si es tu caso, es posible que tu cerebro no sepa valorar el espacio como es en realidad.
Es decir, lo ves más pequeño de lo que realmente es.
Esta percepción puede ser la causa de la reacción que tienes antes este tipo de espacios.
Evitarlo no es la solución
Muchas personas, como el familiar que te he nombrado, no sienten gran afectación en su vida, ya que simplemente, evitan este tipo de espacios.
No enfrentarse a una situación puede hacer que te pierdas muchas vivencias importantes para tu desarrollo.
Además, puede hacer tu autoestima se resienta y eso acabe afectando a otras áreas de tu vida.
Imagina por ejemplo que tienes que asistir a una conferencia importante.
Las escaleras están inhabilitadas y solo puedes ir en el ascensor.
Te niegas a ir en el ascensor o accedes a subir por él y experimentas un ataque de pánico que te impide dar esa conferencia.
Este es solo un ejemplo de lo que puede suponer tener claustrofobia.
Tratamiento para la claustrofobia
Lo común para tratar la claustrofobia es realizar una terapia para aprender las estrategias que te permitan manejar la situación y enfrentarte a ella.
El objetivo es que puedas llevar una vida normal y que esta fobia no suponga ningún impedimento para hacer lo que realmente quieres hacer.
La Terapia Cognitiva Conductual es una de las que más eficacia han demostrado para la claustrofobia hasta ahora.
Resumen sobre claustrofobia
La claustrofobia es el miedo o temo a espacios pequeños, oscuros o en los que no encuentras salida.
Este tipo de fobia puede interferir en la vida de las personas y hacer que incluso dejen de salir de casa o hacer cosas con las que antes disfrutabas.
Suele comenzar debido a un hecho traumático relacionado con un espacio pequeño o un ataque de ansiedad.
El tratamiento de elección para la claustrofobia es la Terapia Cognitivo Conductual.