Te sientes atrapado. Sientes que te falta el aire y que, aunque no sabes muy bien el porqué, estas en peligro.
Eso es lo que supone tener agorafobia, una de las fobias más comunes en la sociedad.
Este tipo de miedo supone un auténtico problema en el día a día porque precisamente, el miedo a frecuentar lugares específicos con mucha gente puede llevar a evitarlos.
Cada vez te alejas más y más de lugares públicos.
Y finalmente acabas por encerrarte en tu propia burbuja.
Algo que puede resultar un auténtico infierno en vida.
¿Qué es la agorafobia?
La agorafobia es el miedo a los espacios abiertos donde te sientes indefenso o sin salida.
Esa sería una de las mejores decisiones sobre este tipo de trastorno de ansiedad.
El miedo se asocia a ciertos lugares o situaciones en los que te resulta imposible escapar de alguna manera.
Y no tienes que tener la sensación de escapar de un peligro real, una ofensa, una burla o incluso una mirada indiscreta es más que suficiente para crearte ese estado de ansiedad.
No es extraño que, en casos más graves, una persona con agorafobia termine por no salir de casa.
Conozco muy bien este caso.
Hace varios años conocí a una joven víctima de bullying.
Acabo la secundaria y cuando cambio al instituto se vio sola. Empezaron los ataques de pánico y el miedo a estar en lugares con mucha gente, en lugares abiertos donde no se sentía protegida.
Recuerdo que me contaba que cuando estaba en un lugar con mucha gente, buscaba un rincón o un lugar bajo la mesa para imaginarse como se metía en él.
De esa manera se sentía más segura.
Los ataques de pánico fueron a más y ya no solo tenía miedo a que se metieran con ella.
Tenía miedo a sufrir algún tipo de desmayo, mareo o simplemente a “montar un numerito” en público.
Esto hizo que dejara los estudios y acabara por no salir de casa.
Esta joven estuvo sin pisar la calle medio año.
Tras una terapia pudo conseguir ver la luz de nuevo.
Síntomas de la agorafobia
- Ataques de pánico.
- Hiperventilación.
- Sudoración excesiva.
- Náuseas.
- Aumento de la frecuencia cardiaca.
- Falta de aire.
- Miedo a hacer el ridículo.
- Miedo a no poder escapar.
- Temor a volverse loco.
- Temor a perder el control.
- Miedo a ser observado.
¿Qué consecuencias tiene la agorafobia?
La agorafobia puede hacer que la vida de una persona tal y como es, cambie por completo.
Si tienes agorafobia es posible que evites ese lugar en concreto donde tuviste tu primer ataque de pánico o lugares que se le parezcan.
Tendrás miedo a estar lejos de casa (Tu casa es tu templo, ahí te sientes seguro).
Sientes la necesidad de contar con ayuda para hacer cualquier cosa o ir a cualquier sitio.
En casos extremos puede hacer que dejes de ir a trabajar, a estudiar o simplemente, dejes de salir de casa.
¿Qué puede causar agorafobia?
Cada persona es diferente, pero normalmente hay una predisposición genética que puede llevar a una persona a desarrollar agorafobia.
No siempre es así.
A veces basta con tener un ataque de pánico en un lugar concreto para desarrollarla.
Las experiencias traumáticas, la ansiedad o la depresión son otros factores que pueden predisponer a padecer este tipo de fobia.
¿Qué tratamientos hay para la agorafobia?
Los tratamientos de primera elección para tratar la agorafobia son la Terapia Cognitivo Conductual.
Las técnicas de relajación o el Mindfulness también pueden ayudar a relajarte y evitar que la ansiedad se dispare en un momento concreto.
En casos graves un facultativo médico puede recetar antidepresivos como los Inhibidores de la Receptación de Serotonina o ansiolíticos.
Pero como siempre recomiendo, es mejor ir al origen de ese miedo para buscar la solución.
Las pastillas siempre van a ayudar a ver la luz, pero serás tú quien tenga que descubrir el foco y solventar el problema.
Resumen sobre agorafobia
La agorafobia es el miedo que se experimenta a espacios abiertos donde puedes tener temor a tener un ataque de pánico, no encontrar salida o perder el control sobre ti mismo.
Este tipo de fobia supone un trastorno de ansiedad que puede tener causas como ansiedad continuada, depresión o traumas.
El tratamiento para la agorafobia puede incluir terapia y fármacos en casos más graves.
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